Nos
regocijamos, sinceramente, por la presencia, en el escenario cultural
chinchano, de “El retorno de Michi”.
José Luis Almeyda Tasayco nos pone en contacto directo con la naturaleza de
nuestro pueblo. Él no se ha informado en
libros, ni le han contado lo que nos refiere en su obra. Es como José María
Arguedas (nuestro indigenista), refleja desde sus propias vivencias el alma de
los campesinos de su tierra natal. No es un observador desde fuera. Él es un
protagonista. La flora y la fauna chinchana desfilan con un colorido
impresionante ante nuestros ojos. Nos atrapa y nos hace recorrer el escenario
rural de la tierra de sus estirpes. Nos hace sentir parte de él. Como Ciro (el
otro indigenista), humaniza a los animales, los envuelve en un halo de familiaridad
y condescendencia.
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